Solamente quería dejar un pasaje de su Autobiografía de Federico Sánchez para el recuerdo en, este, mi espacio hacia Jorge Semprún.
"Y es que ha sido detenido, en efecto. Mañana sabrás que ha sido detenido. Mañana sabrás también que no ha hablado de esa cita contigo en los interrogatorios a que ha sido sometido. Vuelves a estar libre. Vuelves a prepararte para otro momento siempre posible de peligro. Vuelves a reflexionar en lo que es la libertad. Bueno, tu libertad en estas circunstancias concretas. Tu libertad es el silencio de los camaradas detenidos. Ellos son los que mantienen tu libertad. Su silencio en los locales de la Dirección General de Seguridad la hace posible. Tu libertad depende de los demás. Los otros son tu libertad, lo sabes muy bien. Nunca lo olvidarás.
Entonces, bruscamente, te entra el loco deseo de ser detenido alguna vez, por fin, para que la libertad de los otros, de los camaradas que contigo trabajan, dependa de tu resistencia. De tu voluntad de ser libre, de no capitular ante la tortura. Te entra el loco deseo, orgulloso, narcisista tal vez, de estar en condiciones de regalar la libertad a otros camaradas, de asegurarla y confirmarla con tu silencio en los locales de Puerta del Sol.
Durante años, has estado imaginando concretamente, para prepararte a ella moralmente, la tortura a la que podías ser sometido. No te es difícil de imaginar. Ya tienes cierta experiencia de la tortura. Ya has estado en manos de una policía tan hábil y tan experta, por lo menos, como la nuestra en esos menesteres. Has estado en manos de la Gestapo. Quince días largos de interrogatorios de la Gestapo te habían dado ya, años atrás, una relativa experiencia de la tortura, un relativo conocimiento de lo que significa resistirla sin denunciar ningún nombre, ningún dato de la organización clandestina."
Este hombre era un pedazo de historia viviente, suerte que ha dejado su obra para que quede constancia de su vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué maldita manía tiene este país de no cuidar a las personas que realmente son un verdadero ejemplo de integridad y consecuencia. ¿Será la maldita envidia? Qué pena que se ensalce la vida de cuatro corruptos pero que la gente de la calle sólo conozca una figura como la de Semprún cuando se le entierra. Supongo que ese es el precio de ser fiel a ti mismo y no venderte a nada ni a nadie (véase su tratamiento dentro del PCE en el momento en que se mostró crítico con el dogmatismo imperante). Hasta siempre maestro.
ResponderEliminarTengo un amigo que dice que la Parca siempre mira a los mejores y otro que insiste en que nos mira a todos pero es a los mejores a los que echamos de menos. El señor Semprún era de ésos, "uno de aquellos ,un hombre sin fronteras" como decía Miguel Hernández.
ResponderEliminarQue descanse en paz.
Siempre me inspiró respeto, creo que era una persona honesta y coherente, y como dice bichoraro historia viviente, cada vez quedan menos que puedan seguir dando testimonio del horror de esa época.
ResponderEliminarDeseo que encuentre la paz en este viaje.
Si bichillo, yo le definiría con hombre del renacimiento comprometido, coherente e íntegro. Un espejo en el que mirarse.
ResponderEliminarUn abrazo!
Cierto misántropa, no toda la gente es valorada en su justa medida. Eso que apuntas de no doblegarse al dogmatismo imperante en el PCE me parece muy reseñable. Sus convicciones y compromiso le convirtieron en un ciudadano sin fronteras, admirado en toda Europa.
ResponderEliminarSi Alma, sin fronteras y un europeísta convencido, con lo poco que se lleva eso. Decía que Europa no será posible hasta que deje de ser una Europa de ancianos, hasta que no la abracen los jóvenes como opción. ¡Qué razón tenía!
ResponderEliminarUn abrazo!
Esperemos que este tren no le transporte a un lugar de esos donde se roba la dignidad humana. Vaya donde vaya, que pueda contar con su enorme individualidad.
ResponderEliminarUn abrazo Ely y otro para Misántropa que lo olvidé escribir...(pero no darlo)