12 de diciembre de 2012

8

Media docena de doces


Antes de que lleguen las doce y cambiemos de día, he de contaros una anécdota real. Me he dado cuenta después de que ocurriera. Estoy casi seguro de que a las 12:12:12 del 12/12/2012 estaba agarrando una docena de huevos en el supermercado. ¿Ha sido una curiosa coincidencia o se trata de una señal..?

Acabo de descifrar el jeroglífico -> aunque todo siga igual (repetición de doces) hay que echarle huevos a la vida porque es irrepetible.


¿Nos multiplicamos por 2?


votar

7 de diciembre de 2012

8

Mamá: ¿por qué dura tanto la Navidad?



Es una pregunta que posiblemente nunca ha formulado un/a niñ@. EL motivo está bien claro, es un periodo de ilusión para ellos, en el que pintan de colorines un mundo que, incluso para ell@s, está inundado de grises. También es un periodo que permite sacar su lado más egoísta sin que los mayores se enfaden. Es un paraíso en la tierra para ell@s.



En nuestra niñez alucinábamos con el encendido de las luces de "El Corte Inglés", nos esforzábamos en pensar que regalos pediríamos con meses de anterioridad... Pero sabíamos que la Navidad duraba desde las notas hasta el terrible 8 de Enero.



En la actualidad, la Navidad es un periodo del año que dura meses, y que amenaza con comerse y englobar las estaciones de otoño e invierno. Luces que calientan del frío, ilusiones que iluminan nuestras vidas. Un constructo ideal de vida feliz y estimulante para tod@s. Lo de menos ya es el hecho religioso que sirve de excusa. Las pompas de todo lo que le rodea se extienden por el espacio y el tiempo. Pasado el terrible mes en cuesta infernal, me refiero a Septiembre, llega Octubre y con él el espacio para la sección de turrones y otros dulces en nuestros supermercados. Las jugueterías ultiman sus catálogos y las videoconsolas sacan sus últimos lanzamientos. Las librerías se llenan de bestsellers y el cine infantil y sentimental copa nuestras variadas y monótonas carteleras. Los ayuntamientos preparan las luces LED para engalanar sus municipios en Noviembre. Llegados a este mes la irrupción es total. La oscuridad del otoño trae consigo una inevitable ola de tristeza y se forman batallones para frenarla. Ejércitos de luz, de promociones comerciales, de ofertas en tecnología y servicios de telefonía e Internet. Las alfombras rojas copan nuestro pavimento. Figuras decorativas "a tutiplen" en las tiendas de decoración, belenes cristianos en nuestros múltiples bazares asiáticos, sorteos extraordinarios y papeletas. Las insufribles películas de fin de semana de A3 se vuelven todavía más ñoñas con el baño navideño. 

Toda una maquinaria de la que es imposible salir a no ser que pertenezcas ese porcentaje de personas que no tienen Navidad. Pequeño en Occidente, mayoritario en el "Sur". ¿Perdemos el norte o dinamizamos la economía? 

No critico la ilusión que pueda traer, ni los buenos sentimientos que florecen. Ni sería lógico criticar el consumo en una etapa de impuesta austeridad.  Cada uno hace lo que quiere y puede y se debe respetar. Pero me horroriza pensar que nuestros niños se bañarán en agosto en el Mediterráneo con un gorro rojo, culminado con una bolita suave y blanca. Tendríamos que cambiar el título de la (maravillosa) película de Tim Burton, porque la pesadilla no podrá ser "antes" de Navidad, ya que a este ritmo, se solapará el final con el inicio de la siguiente. 
votar