7 de junio de 2011

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15-M, una llama olímpica (Iñaki Chaves)



Mirad que bien expresa, en un artículo de opinión que da nombre a mi entrada, Iñaki Chaves el pretendido horizonte del "movimiento 15-M".

El movimiento de indignados, sus propuestas y sus lemas son como el fuego simbólico de los juegos y no debiera apagarse.


El espíritu que promueve el movimiento 15-M es respaldado por personalidades como Stephane Hessel, José Luis Sampedro, Federico Mayor Zaragoza, Eduard Punset, Vicenç Navarro, Carlos Taibo y un montón de gente crítica, intelectuales, artistas, escritores e, incluso, políticos descontentos. Libros como ¡Indignaos!, Reacciona, Delito de silencio: ha llegado el momento. Es tiempo de acción o La rebelión de los indignados: movimiento 15-m: democracia real ¡ya! recogen la actualidad y ponen de manifiesto la relevancia de este proceso que deberíamos mantener vivo y ardiendo.
Pero no nos confundamos ni confiemos porque no somos tantos, aunque seamos muchos. Porque la mayoría de la población está increíblemente al margen. Igual que ese estudio recientemente publicado que subraya que más del 50% de la ciudadanía española no sabía que habían subido la edad de jubilación.

La información no llega a todo el mundo por igual y nos movemos en círculos en los que, efectivamente, la mayoría apoyamos un cambio profundo en busca de una verdadera democracia. Pero gran parte de las y los españoles se informan por otros cauces, reciben su información de otros medios, muchos cercanos a la derecha más reaccionaria y, en esos ámbitos, no apoyan las propuestas de los indignados.

Por ello se necesitan relevistas que hagan todo el camino con la antorcha y que consigan que la llama llegue a su meta: Democracia real, ya. Porque estamos de acuerdo en que no la tenemos, es, supuestamente, representativa pero no nos representa y nos pide participar, cada cuatro años con un gesto, pero no es participativa.

El 15-M, y todo lo que puede surgir a su calor, es una nueva propuesta que supone una bocanada de aire fresco. Es una alternativa y como tal debería tener opciones de llegar a plasmarse de una manera real y eficaz. El testigo de su fuego debería tomarlo la sociedad civil, sin siglas partidistas, para llegar a convertirse en sociedad política. Porque no es sino desde la política que se pueden conseguir los cambios.


Esperar a que los partidos políticos tradicionales, los existentes, tomen las propuestas indignadas y las incluyan en sus programas y, lo más difícil, que las lleven a cabo es una quimera. Recordemos que el partido mayoritario de la izquierda moderada en este país ha desestimado, estando en el Gobierno y en la oposición, la reforma electoral. Ni que decir de la postura del PP o de los nacionalistas.
Este movimiento es una utopía pero es real. Está ahí y tiene que continuar. Esta semana, por la megafonía de la acampada en la puerta del Sol de Madrid, se escuchó a primera hora de la mañana cómo el movimiento busca centrarse y resaltar qué les une y qué propuestas hacer a la ciudadanía para que ésta siga creyendo en ellos.
Y no sólo eso. También hay que extender esa alternativa y hacerla presente en el sentir social de la ciudadanía. Una ciudadanía que lleva demasiado tiempo siendo pasiva y acomodaticia. Es hora de que la acción sea efectiva y hay que empezar por la comunicación. No basta con la información, terciada gran parte de las veces, hay que lograr una comunicación para el cambio social, una estrategia que haga crecer las propuestas desde las bases. No puede ir ocupando cada vez menos espacio en los noticiarios y terminar muriendo por inanición. Hay que conseguir llenarlos.
Cierto que este fin de semana algunos medios han dedicado una atención preferente a los indignados, cobertura especial en periódicos (El País, Público) reportajes en televisión (Informe Semanal de TV1), pero también es cierto que empiezan a surgir estudios demoscópicos que señalan que se irá perdiendo el efecto. Eso es lo que no hay que permitir porque la sociedad, la parte de ella que se cree informada aunque en realidad esté sobre informada y mal informada, termina aceptando lo que le van vendiendo. Si los medios les van dedicando menos espacio no es porque hayan dejado de ser noticia sino porque han dejado de ser espectáculo.
La situación que denuncian los indignados no afecta sólo a la juventud o a los parados. También incide en personas jubiladas, asalariadas, autónomas o empleados públicos. Afecta a la enseñanza, la sanidad o la justicia, al servicio de bomberos, ambulancias y policías (esos mismos que cargan contra los acampados siguiendo órdenes de aquéllos políticos que luego decidirán, para paliar la crisis, recortarles el sueldo y no cubrir las plazas que se queden libres, la llamada tasa de reposición). Es toda la sociedad la que está indignada.
Si el movimiento y sus propuestas reciben apoyos generalizados de gente de izquierdas, personas progresistas que creen que otro mundo es posible, pero que, además, ese nuevo mundo tiene que ser mejor; si tienen la simpatía de gran parte de la población que comparte sus demandas, si, en definitiva, su lucha es justa porque reclama, pacíficamente, derechos y justicia social, habrá que acompañar la carrera de esa llama hasta la meta.
Si no se puede, por las razones que sean, continuar con las acampadas en las plazas, hay que llevarlas a las redes virtuales, a los movimientos sociales, a las asociaciones de barrio, a las radios comunitarias. Hay que reunirse en los campus universitarios, en las calles, en los centros de trabajo (quien tenga la suerte de tenerlo), en las parroquias, en los bares o con amigos alrededor de mesas camillas.
Como en los juegos olímpicos, si se apaga la llama será un mal presagio. Estaremos social y políticamente muertos.

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15 comentarios:

  1. Yo por ahora no veo nada claro hacia dónde nos lleva esto; no veo que se vaya encauzando hacia algo concreto, lo veo todo tan desorientado...
    Besos,

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  2. Si que es cierto, no a todo el mundo les llega la información, lo noto, ultimamente he estado rodeada de adolescentes, y cuando hemos hablado del tema, unos tenían una imagen distorsionada y otros no tenía muy claro lo que pedían "esos de las acampadas".
    Yo no paro de hablar del tema, pienso que es una manera de que esto se siga moviendo.
    Interesante la entrada
    Besos

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  3. Completamente de acuerdo, no hay que dejar que la llama se apague, pero sera que hoy estoy pesimista, porque tengo la sensación que se apagara, mucha gente no sabe ni lo que es esto, otros piensan que es cosa de jovenes y melenudos, las acampadas estan perdiendo un poco el objetivo inicial (esto es opinión personal mia), el otro dia vine muy decepcionada porque en la acampada de Valencia, todo eran mimos, talleres de abrazos, una protesta por una perra maltratada, etc... y la verdad eso esta muy bien, pero si nos dispersamos no conseguimos nada, no?
    En fin espero que me vuelva el optimismo y vuelva a creer que esto es el principio de algo grande.
    Un abrazo.

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  4. Es brillante en el análisis de la situación porque estamos tan absorbidos en el cibermundo que olvidamos con mucha frecuencia que todavía somos menos. El fenómeno DRY ha sido un verdadero tsunami en internet pero el calado en el mundo "real" es muy escaso, en gran parte debido al trato informativo que se le dio y que se le está dando y que presenta a los acampados como un montón de inocentones du-duá en el mejor de los casos y como una peligrosa panda de perros flauta vividores en el peor...

    Aún hoy le expliqué el tema a mi padre que vino del pueblo a hacer gestiones a la Diputación y se encontró la acampada en la plaza que hay delante...ni siquiera había pensado que hubiera "más". El creía que sólo "habían" en Madrid. Aún hay mucho desconocimiento. Por mi parte, intentaré llevar la llama a donde vaya :)

    Un beso

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  5. Yo estoy con Carmen, al principio me pareció genial la movilización, pero ahora no tengo claro hacia dónde van y cada vez se va desvirtuando más porque más gente que no sabe de qué iba esto al principio se suma al carro y lo que se quería al principio se ha olvidado para reclamar otras cosas. Creo que en este momento se debería hacer una reflexión, volver a recordar qué se exigía al principio, limpiar todo lo que se ha ido añadiendo y que quizás habría que dejar para una segunda fase y buscar la manera más adecuada de encauzar esas peticiones. Ayer leí que en Murcia los indignados habían intentado saquear un supermercado en nombre del 15-M. Esa no es la manera. Creo que el movimiento puro de los primeros días se ha contaminado y eso me molesta y me indigna.

    Un beso sin indignación

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  6. Interesante y certero análisis, compañero. Gracias por compartilo.

    Saludos.

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  7. Claro Bea, utilizas la metodología de una buena periodista. Lo malo es que a veces ni contrastando informaciones llegamos a nada en claro.
    Pienso que este movimiento suscita interés del que le salpica directa y/o indirectamente. Al que le va bien o en su personalidad no hay un marcado componente crítico, simplemente pasa.

    Me alegro de tu activismo ;)

    Besos Bea!

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  8. Yo no creo que haya una necesidad de que se convierta en un movimiento que exija unos puntos claros. Porque para eso ya están los programas electorales, tan coherentes, enfocados y organizados como falsos y vacíos.

    Simplemente con la demostración de que no vamos a tolerar que sigan riéndose de la gente de a pie me parece suficiente. Si he de proponer medidas concretas... reforma electoral que acabe con la desigualdad del valor de los votos, reforma laboral que acabe con el 1/4 de los parados europeos, derecho a techo...

    Hay tantas cosas que pedir que nunca nos concederán... Por ello exijamos, que lo mismo da si de manera heterogénea...

    Un beso Carmen!

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  9. Gracias Elysa por tu difusión. Los adolescentes pecan de falta de interés por estar informados. La sociedad que hemos construido lo fomenta. Pero para cambiar eso tendríamos que poner patas arriba nuestra sociedad (relaciones sociales, familia, educación, formas de ocio...)

    Sigue con tu labor instructora!

    Besos Ely!

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  10. Es lo que tienen los movimientos tan plurales. Pero los movimientos unitarios y unidireccionales me dan más miedo.

    Veremos que pasa. Hoy se ha presentado el nuevo modelo de antorcha de Londres 2012, ¿tendrá que ver con el artículo?

    Besos bichillo!

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  11. Alma, mi padre desde su "retiro" en el pueblo me decía hoy al teléfono. Todavía no he visto a ninguno de esos acampados en Sol y otras partes pidiendo trabajo. He sonreído por no llorar.

    Gracias por tu valiente testigo.

    Besos Alma!

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  12. De nada gariteras. Tengo una mano chunga y no puedo escribir mucho. Si hay gente que dice lo que pienso... pues lo traigo.

    Un beso Duracell!

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  13. Yo he visto lo de Murcia en la tv, D'or. Son cosas de cara a la galería, pero te puedo decir que no es nada descabellado lo que manifiestan. La riqueza de las cadenas de grandes supermercados va en aumento. La pobreza extrema de no tener que llevarse a la boca también. Hay recursos para todos, ¿por qué no distribuirlos de una manera mejor? Yo he visto tirar toneladas de productos alimenticios en buen estado de consumo (inapropiado de venta) en fábricas. No se podrían donar a instituciones de ayuda sociohumanitaria?

    Y no creo que se tenga que echar a nadie del movimiento, simplemente exigir una seriedad de no llevarlo al terreno grotesco.

    Un beso Dorito Tex Mex!

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  14. Estoy totalmente de acuerdo y me ha resultado de gran relevancia la manera de explicarlo, además, la comparación o el símil que hace del 15-M con la llama de la antorcha de los juegos olímpicos me parece fundamental para despertar ese sentimiento que está latente en todos los ciudadanos.
    Mi pesimismo o realismo me hace creer que es muy cierto eso de que la mayoría de la población se queda muy al margen, como si por guardar silencio no se diesen por aludidos y no fuesran afectados igualmente.

    ¡Un beso!

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  15. Es imposible que un movimiento social sea respaldado y seguido por la totalidad de las personas que forman esa sociedad. Lo importante es que su difusión alcance el máximo nivel, para que nadie de los potenciales seguidores quede al margen. Creo que las cosas se están haciendo muy bien, podría ser mejor, seguro, pero no olvidemos que al ser un movimiento muy heterogéneo es complicado de conducir por un único camino.

    La expansión hacia los barrios me parece una medida acertada. Esperemos que no se diluya.

    Un beso Fátima!

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