No tengo precio como poeta, por eso me regalo. Mi triste contribución al (ya pasado) día de la Tierra.
Y los versos del 1 al 12 han sido engullidos misteriosamente por la Madre Tierra
...
En riesgo tú Natura, herida que no cura,
imposible ya salir de este bucle de estropicio,
De arrancar tus órganos ¿dónde el beneficio?
Perdida compostura, muerta la más pura.
Me da a mí que no ha sido la Madre Tierra quien se ha tragado esos versos... No tienes precio como poeta. No tienes precio porque no te vendes. Seguro que esos doce versos que no nos dejas leer valían mucho la pena. Ayer me tocaron las celebraciones de ese día: música, gincana infantil, mercado de productos ecológicos, manifiesto reivindicativo... A ver si los que deben hacer caso lo hacen de una vez, sobre todo los políticos que tengo por aquí y que están destrozando la isla.
ResponderEliminarUn beso muy terrenal que puedes reciclar todas las veces que quieras
Está la cosa difícil, Marta. Desde que tengo uso de razón veo las mismas reivindicaciones. Desde que razono críticamente, me doy cuenta de que la Madre Tierra le importa una mierda al Padre Intereses.
ResponderEliminarBesos sin protocolo.