Una pregunta lamento que lo resume todo.
Sabíamos que estaba herido de muerte desde hacía tiempo, que la gente había cambiado su manera de relacionarse a través del ordenador, las redes sociales le habían robado su antaño papel preponderante. La mensajería instantánea móvil le dio la puntilla.
Llegó a mí en un momento en el que el mundo fiestero empezaba a retraerse por compromisos, exámenes, incluso por pura limitación económica. Al principio agregabas a "todo perro pichichi", más adelante eras consciente del craso error que eso suponía. Pude conocer el interior de personas que empezaban a formar parte de mi vida por los cambios en los círculos sociales. Me ayudó a superar la lentitud de mi escritura informática al tener que abordar varias conversaciones a la vez. Siempre había gente que reclamaba (de manera explícita o implícita) exclusividad en la conversación, pero uno que es un débil patológico no sabía jerarquizar ventanitas y ventilar las menos interesantes. El gusto por la buena conversación me acercó ocasionalmente a conocer personas en chats temáticos que se convirtieron en mis primeros e-mig@s. Luego pasabas al messenger y tuve algunas fantásticas conversaciones sobre lo humano y lo divino, una variedad temática que no dejaba escapar ningún palo. A veces, incluso, se convertía en un puro "hablar por hablar", en el que lo único importante era esa sensación de "estás ahí sentad@ para estar conmigo", y viceversa.
Luego empezaron las tácticas: cambiar el estado a uno "no verde" para hablar solamente con quién te apetecía, los bloqueos circunstanciales o definitivos (eliminar contacto) a personas con las que no te hacía volver a hablar. Esta última opción no la utilicé mucho, pero te juntabas con una lista de contactos inmensa, de lo más variopinta y de la que hablabas, en realidad, con un ínfimo porcentaje. Luego llegó el genial "status de desconectado" que te permitía hablar sin permanecer visible para los demás.
He compartido documentos, música, videoconferencias, hablado por micro,... en unos años en los que todo ello era algo novedoso. Luego aparecieron los "espacios", aquellas bitácoras donde podías hacer exhibicionismo de tus intereses, sentimientos, momentos y pareceres de una manera más comunal.
La frase e imagen para mostrar era ya indicativo del tipo de contacto. Personalmente, tenía gusto por las frases con mensaje encerrado. Sin muchos cambios. Mi imagen para mostrar más frecuente... "persistance de la mémoire" de Dalí, y la siguiente el "Marat" de David.
Mi hábito y gusto de nocturnidad unido a esta herramienta ha tenido como resultado fantásticas veladas, cargadas de ilusión, sentimiento, e ideales. Me he sentido Dios y un villano en la misma noche, he reído y llorado en la misma conversación, he intentado ayudar y he sido ayudado, he deseado y me he sentido deseado. He querido colarme por la pantalla algunas veces y he sido consciente de mis miserias y grandezas al verme reflejado en la pantalla. He tirado tiempo con la firme convicción de que no lo tiraba y he adquirido tiempo y sabiduría pensando lo contrario.
Anécdotas... muchas. La que recuerdo con mayor gracia es cuando mis entrenadores hacían quedadas por messenger las noches previas a partidos y/o viajes para asegurarse que no salíamos de fiesta; yo dejaba a mi sobrino pegado al ordenador con las instrucciones de las frases "llave maestra" que debía decir a cada cual para dar el pego totalmente, mientras yo disfrutaba de risas y copas en el esplendor de mi juventud. No era explotación, el muy mamón lo hacía con gozo y sarna, y aprovechaba para saltarse los límites horarios.
Por todo lo que os he contado me da pena la desaparición de messenger y espero que esta despedida cargada de recuerdos os haya refrescado alguna vivencia en torno a este medio que sea digna de ser compartida.
¡Aisss qué penita de messenger! Muy a mi pesar quedó obsoleto desde que las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea para móviles se instauraron en nuestras vida.
ResponderEliminarHasta que lo cerraron yo estuve conectada a él, como los músicos del Titanic, y sólo quedábamos mi pareja y yo, campando a nuestras anchas y sin hacer esas estratagemas que comentas (utilizadas por mí en multitud de ocasiones) de estar desconectado y hablar con quien te da la real gana sin que el resto de contactos lo supiera.
Ahora utilizamos el skype, que es lo que sustituye al messenger, no es lo mismo y poca gente lo usa (para qué engañarte, no hay nadie, al menos de mis contactos), pero a mí me vale para pasar algún archivo y hablar bobadas... jijiji!!!
Me encanta la imagen del cuadro de Dalí que tenías en tu avatar, yo normalmente ponía imágenes de gatos o de dioses griegos, vamos, que todo el Olimpo pasó por mi messenger.
¡Un besazo messengeriano!
Todavía no lo han cerrado. Aunque ya casi nadie a estas alturas se comunica con msn. Mientras le des uso al programa que sea, genial.
EliminarUn beso de monigote verde.
La verdad que nos ha dado muy buenos momentos y grandes charlitas. Antes si lo usaba, pero desde hace unos años ya lo cambié por el Facebook.
ResponderEliminarUn beso
Yo no tengo facebook personal y no me tienta mucho, pero tiene que estar genial para gente sociable como tú.
EliminarBesitos Marga!
Pues si me has traído recuerdos si...yo también aprendí a aligerarme mi escritura entre tantas ventanitas...y vaya ya casi no lo uso pero para hablar con cierta personita si...y vaya se me fastidia.
ResponderEliminarUn beso!
Si tienes una personita especial con la que hablar y no tienes otros medios está bien. Yo he tenido grandes conversaciones en el msn. Recuerdo muchos momentos...
EliminarNunca he sido mucho de messenger, nunca lo he usado mucho. Prefiero el contacto real. Una llamada, un café, un paseo, una conversación entre sábanas... No era muy de messenger hasta hace relativamente poco. En los últimos meses lo he usado más que nunca. Y a través de messenger me han llegado algunas de las cosas más bonitas que me han dicho últimamente. Le he cogido cariño. Al canal, a los abrazos verdiazules, a los besos rojos, a las rosas... Lo echaré de menos. Echaré de menos el medio en el que ha crecido algo maravilloso.
ResponderEliminarUn beso pendiente de actualizar
PD: bonito abrazo
Es mejor el contacto directo, claro está. Pero lo más importante en una conversación es el valor que des al contertulio. Y a veces los contertulios están lejos.
EliminarA mí me pasa lo mismo que a ti, me encantan los abrazos tontis virtuales que sabes que son sentidos de verdad.
un beso de brazos extendidos, Marta ()
No he sido muy de messenger, así que poquitas anécdotas tengo. Si es que estoy más enganchada al ordenador ahora que cuando era más jovencita...
ResponderEliminarBesotes!!!
Jajajaj Margari. Ten cuidado que estas cosas generan adicción.
EliminarPero celebro que sea así, porque de esta manera puedes volar por aquí de vez en cuando.
Un beso ciberadicta!
Sí!!! a mí también me enganchó, jajaja ...y mucho. Pero al final me cansó, como todo.También me ha cansado el blog.Y el facebook, casi , casi, fue crearlo y olvidarlo.
ResponderEliminarQue se le va a hacer!! una, que es una inconstante!!!! Pero al menos yo nunca, jamás, suplanté mi identidad, jajajaja ¿no te has preguntado cuantas cosas debió hacer tu sobrino en tu nombre, sin que te hayas enterado????????? jajajja.Yo no estaría tan tranquila...
Un abrazo David,
Lo de mi sobrino fue genial. Mis compis de aquel equipo lo siguen recordando con una sonrisa en la boca. Era un crack de niño.
EliminarAhora has tomado con fuerza otro tipo de diálogos. Sean los que sean, lo importante es que estés bien, Amanda entrañable.
Un constante beso!
¡¡ ostris!! y yo sin enterarme. Anda que...
ResponderEliminarbueno pues ná, a actualizarse , ya veremos como sale, de momento mientras los de Messenger no me digan lo contrario ahí sigo.
Un abrazo.
Y yo. No, no, no nos moverán!
EliminarUn abrazo Belencita.
Yo por opción no he guardado conversaciones tradicionalmente. Ahora releer algunas me encantaría.
ResponderEliminarNo tendrían desperdicio esas conversaciones de amigas x)
Un beso de contacto invitado.