Tan triste como cierto. El otro día leí un reportaje sobre una pareja que, al tener un hijo, abandonaron la ciudad para vivir en el campo, en una cabañita sin televisión ni ordenador ni móvil. Lo primero que habían hecho al llegar fue un columpio en las ramas de un árbol. En un primer momento pensé que estaban locos, pero horas después, no sé por qué, tuve la sensación de que estaban haciendo algo bueno para ese niño alejándolo de esta sociedad.
¡Qué grande es el humor de Quino! Lo del billete (Dios) me ha matado...
Lamentablemente, esta sátira es la realidad (y no tan exagerada). Creo que debería haber una sostenibilidad, ya sabes, yo y mis utopías, está bien el uso debido del coche, del ordenador, del móvil y hasta quererse así mismo un poquito, pero el futuro pinta fatal si educamos a los niños sólo dependiendo de eso y basamos nuestra vida en algo tan técnico, egoísta y supercicial... una pena.
Qué curioso Antonia! La verdad es que los humoristas gráficos son capaces de darnos muchos mensajes con sus trazos. Y espero que nunca cesen de hacerlo...
Alma, qué difícil educar. Pero tenemos que intentar hacerlo mejor. Cuidar los valores implícitos en nuestros mensajes y actos me parece de lo más importante.
Bueno Doro, no sé si el remedio es huir de la sociedad o enfrentarse a ella. Pero estoy seguro de que hay que reflexionar mucho sobre lo que queremos ser y lo que no, y transmitirlo a los que queremos.
No te alteres Bea, per deu. A mí también me supera, estamos creando monstruos... De todas las maneras, pienso que el sujeto en su libertad de dirigir su rumbo es responsable por sí mismo de lo que llega a ser. Pero tenemos que ayudarles a elegir bien su propio camino.
Alguien, que no me caía precisamente bien, dijo un día que la mejor religión es fray ejemplo.Por mucho que enseñemos a nuestros hijos un montón de palabras maravillosas, lo que van a aprender es un montón de actitudes odiosas.Creo que los valores se transmiten mejor a través de las obras que de reiteradas explicaciones, al fin y al cabo, todos sabemos que los hijos acaban imitando a los padres.Así que mientras nosotros no sepamos aislarnos de las tendencias actuales y regirnos por unos valores morales que parecen perderse en el pasado, no veremos en nuestros hijos un fruto distinto.
Tendremos que mirarnos en el espejo, no para saber quien es el prójimo a quien debemos amar sino para ver si el que se ve reflejado sabe amar a su projimo...antes de ser el espejo de nuestros hijos.
Vaya rollo moralista!!! perdón pero a veces se me va la mano.
Me encanta Mafalda, pero siento un especial cariño por Guille (mi hijo se llama así). Quino es un filósofo que nos tira de las orejas sin dolor.
ResponderEliminarUn beso!
¡Grande Quino! Así educamos, luego nos soprenemos de los resultados...
ResponderEliminarUn beso
Tan triste como cierto. El otro día leí un reportaje sobre una pareja que, al tener un hijo, abandonaron la ciudad para vivir en el campo, en una cabañita sin televisión ni ordenador ni móvil. Lo primero que habían hecho al llegar fue un columpio en las ramas de un árbol. En un primer momento pensé que estaban locos, pero horas después, no sé por qué, tuve la sensación de que estaban haciendo algo bueno para ese niño alejándolo de esta sociedad.
ResponderEliminarUn beso de los de toda la vida
cierto, cierto.... que lastima pero es así, y como intentes que vea el mundo de otra manera el mundo se lo acaba miendo a el.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Qué grande es el humor de Quino!
ResponderEliminarLo del billete (Dios) me ha matado...
Lamentablemente, esta sátira es la realidad (y no tan exagerada).
Creo que debería haber una sostenibilidad, ya sabes, yo y mis utopías, está bien el uso debido del coche, del ordenador, del móvil y hasta quererse así mismo un poquito, pero el futuro pinta fatal si educamos a los niños sólo dependiendo de eso y basamos nuestra vida en algo tan técnico, egoísta y supercicial... una pena.
¡Un beso enorme!
Qué curioso Antonia! La verdad es que los humoristas gráficos son capaces de darnos muchos mensajes con sus trazos. Y espero que nunca cesen de hacerlo...
ResponderEliminarUn beso!
Alma, qué difícil educar. Pero tenemos que intentar hacerlo mejor. Cuidar los valores implícitos en nuestros mensajes y actos me parece de lo más importante.
ResponderEliminarUn beso!
Bueno Doro, no sé si el remedio es huir de la sociedad o enfrentarse a ella. Pero estoy seguro de que hay que reflexionar mucho sobre lo que queremos ser y lo que no, y transmitirlo a los que queremos.
ResponderEliminarUn beso recóndito!
Isa, seguro que tú intentas hacerlo muy bien. Y eso ya es suficiente (no se puede decir lo mismo de todas las personas).
ResponderEliminarUn beso!
No te alteres Bea, per deu. A mí también me supera, estamos creando monstruos... De todas las maneras, pienso que el sujeto en su libertad de dirigir su rumbo es responsable por sí mismo de lo que llega a ser. Pero tenemos que ayudarles a elegir bien su propio camino.
ResponderEliminarUn beso!
Y tanta pena, Fátima. Lo comentas genial, suscribo tus palabras.
ResponderEliminarUn beso profundo!
Ostras! Cuanta razón tiene siempre, el gran Quino... mal que me pese...
ResponderEliminarUn azote gráfico, Saramaga. Debemos de cuestionarnos mucho este tipo de cosas. Dejemos de crear monstruos.
ResponderEliminarUn beso buena madre en potencia, jajaj!
Alguien, que no me caía precisamente bien, dijo un día que la mejor religión es fray ejemplo.Por mucho que enseñemos a nuestros hijos un montón de palabras maravillosas, lo que van a aprender es un montón de actitudes odiosas.Creo que los valores se transmiten mejor a través de las obras que de reiteradas explicaciones, al fin y al cabo, todos sabemos que los hijos acaban imitando a los padres.Así que mientras nosotros no sepamos aislarnos de las tendencias actuales y regirnos por unos valores morales que parecen perderse en el pasado, no veremos en nuestros hijos un fruto distinto.
ResponderEliminarTendremos que mirarnos en el espejo, no para saber quien es el prójimo a quien debemos amar sino para ver si el que se ve reflejado sabe amar a su projimo...antes de ser el espejo de nuestros hijos.
Vaya rollo moralista!!! perdón pero a veces se me va la mano.
Petonets.