9 de noviembre de 2011

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El tesoro bajo el puente


Puente de San Carlos, Praga.


Es la historia del rabino Eisik de Cracovia que, el experto en hinduismo, Heinrinch Zimmer extrajo de los Cuentos Jasídicos de Martín Buber. Este piadoso rabino, Eisik de Cracovia, tuvo un sueño que le ordenaba ir a Praga; allí, bajo el gran puente que conducía al castillo real, descubriría un tesoro escondido. El sueño se repitió tres veces, y el rabino decidió partir. Al llegar a Praga, encontró el puente, aunque vigilado noche y día por centinelas. Eisik no se atrevió a excavar. Vagando por los alrededores, terminó por atraer la atención del capitán de los guardias, que amablemente le preguntó si había perdido alguna cosa. Con sencillez, el rabino le contó su sueño. El oficial estalló de risa: "¡Pobre hombre!, ¿verdaderamente has gastado tus suelas en recorrer todo este camino por un sueño? ¿Qué persona razonable creería en un sueño?". También el oficial había oído una voz en sueños: "Me hablaba de Cracovia y me ordena ir hasta allí y buscar un gran tesoro en la casa de un rabino llamado Eisik, hijo de Jekel. El tesoro debía ser descubierto en un polvoriento rincón, donde estaba enterrado, detrás de la estufa". Pero el oficial no otorgaba fe alguna a las voces oídas en sueños: "¿Entonces qué tendría que hacer? La mitad de los judío de esa ciudad se llama Eisik y la otra mitad se llama Jekel. Eso significaría que tendría que excavar debajo de cada casa de la ciudad." 
El rabino se inclinó hasta el suelo, le dio las gracias y se apresuro en volver a Cracovia. Excavó en el rincón abandonado de su casa y descubrió el tesoro que puso fin a su miseria.



"Así pues, comenta Heinrich Zimmer, "el verdadero tesoro, el que pone fin a nuestra miseria y a nuestras pruebas, nunca está muy lejos, no hay que buscarlo en un país alejado, pues yace sepultado en los lugares más recónditos de nuestra propia casa, es decir, de nuestro propio ser. Está detrás de la estufa, centro generador de vida y de calor que gobierna nuestra existencia, corazón de nuestro corazón, y sólo es cuestión de que sepamos excavar. Pero sucede el extraño y constante hecho de que sólo después de un piadoso viaje a una región lejana en un país extranjero, en una tierra nueva, podría revelarsele el significado de esta voz interior que conduce nuestra búsqueda. Y a este hecho extraño y constante se añade otro: quien nos revela el sentido de nuestro misterioso viaje interior debe ser también un extranjero, de otra creencia y de otra raza".
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24 comentarios:

  1. Pues tiene usted toda la razón del mundo mundial y hasta del universo universal.

    Que bonita es la ciudad de Praga yo quiero ir a encontrar un tesoro de esos también y luego me "encuentro" a mí misma (venga bahhh)

    Un abrazote utópico, Irma.-

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  2. Por eso me enfadé tanto con 'El alquimista', porque ya conocía esta historia y cuando, después de que multitud de personas me recomendaron leerlo porque era una maravilla, lo leí, me sentí estafada. Es verdad que muchas veces tenemos los tesoros más cerca de lo que pensamos, pero si no los buscáramos antes muy lejos, no saldríamos nunca de nuestro entorno.

    Un beso escondido

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  3. Qué foto más chula!
    Hace algunos años, estuve yo por ese puente, q recuerdos!!!
    Hace tiempo q no se de ti, por eso vengo a visitarte ;)
    Un beso

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  4. Yo no soy tan exigente como Irma, yo quiero ir a Praga, si no encuentro el tesoro, bueno y si no me encuentro a mi misma pues también bueno...pero quiero ir a Pragaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa


    ahora más

    La historia es preciosa, Daviblio. Un beso

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  5. Si en ocasiones hay que viajar mucho para encontrase

    Un saludo

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  6. Tengo ganas yo también de conocer Centroeuropa, la verdad.

    Pero el viaje que quisiera hacer para sacarle el mayor rendimiento iniciático es a la India. Algún día...

    Date un capricho Irma, yo seguiré soñando con mis utópicos viajes.

    Un abrazo viajero!

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  7. No he leído "el Alquimista", ¿se aprovecha de esta idea? Pues vaya toalla. Pide que te rembolsen el tiempo empleado.

    Un beso, tes(D)oro!

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  8. Ya es hora de que se le vea el pelo, Sra Marta. Mira mi entrada del CumpeBlog a ver si está de acuerdo con los calificativos que le colgué.

    Un abrazo!

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  9. Gracias Ángel por tomarse tiempo en leerla y encima comentar. Bienvenido a mi blog, siéntase como en casa.

    Un abrazo agradecido!

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  10. :) Alma... estoy de acuerdo contigo. Yo quiero ir a Praga pase lo que pase y si no me encuentro ya me buscaré más adelante.

    Llámame David si quieres, ya hay confianza, jajaaj.

    Un beso viajero!

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  11. Claro 40añera, y a veces ni con esas. Mira que es difícil encontrarnos y que fácil es que nos encuentren, jajaaj.

    Gracias por pasarte y comentar, bienvenida a este humilde blog.

    Encuentra el saludo que te mando!

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  12. Yo estoy como Alma y como tú, quierooooooo ir a Praga, ya me encontraré en otro momento, o mejor no, así en la busqueda voy descubriendo cosas...

    Besitos

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  13. Ya la conocía, pero me ha gustado igual.
    Besos

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  14. Una hermosa historia... aunque no tan hermoso mi recuerdo en ese puente, en donde un carterista (abundan en Praga) sacó de mi cartera mi monedero y mis gafas sin que me percatara... jajaja.
    Saludos

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  15. Bien Elysa, espero que vayas a Praga pero no montes en los ascensores, que no quiero que vengas esposada.

    Volando vas, volando vienes, por el caminiiino tú te entretienes. ;)

    Un beso viajero!

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  16. Hay lecturas o historias que está genial refrescar cada cierto tiempo, Antonia.

    Un re-beso!

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  17. Vaya Claudia, parece que Eisik no era el único que buscaba el tesoro en el puente. Pero ese malnacido si que lo encontró. Gracias por la advertencia, por si nos pasamos por la capital checa.

    Un beso protegido!

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  18. Me encantó la historia, pero la imagen aún más, es bellísima.

    Un beso.

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  19. Yo también quiero ir a Praga, con tesoro o sin tesoro, luego seguro que me encuentro a mí misma, siempre se me cura el alma cuando salgo de viaje.

    Como tú quieres ir a India y yo a Egipto pues todo sea viajar, que Egipto me pilla a mitad de camino...

    Ya en serio (bueno, lo de que quiero visitar Egipto también iba en serio), este cuento me ha hecho pensar también en las virtudes y cualidades de las personas, en que a veces es necesario que te las digan otros para descubrir realmente que las posees.

    Por cierto, viendo que habláis de tema pues tengo “El alquimista” por casa y aún no me lo he leído, que se base en este cuento no me desanima en absoluto, es más, me parece un tema muy bonito... ¿Dónde esta mi libro? Pues eso ya es otra historia porque acabo de ordenar hace dos días mi nueva estantería de 2x2 m y no lo he visto... aisss!!!!!!

    ¡Un beso que vale por mil tesoros!

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  20. Hola María, gracias por volar cerca de estas latitudes y posar tu comentario aquí. Bienvenida a esta casa flotante.

    Me alegra que te gusten ambas cosas, la imagen y el contenido de la entrada.

    Ya me he pasado por tus blogs y me han gustado. Palabras sensibles y atmósfera intimista.

    Un beso acogedor!

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  21. Fátima, comprendo bien esa cura que te supe el viajar, a mí me pasa parecido. Necesito curas porque por unas razones u otras llevo unos años muy estático y me voy a quemar con la estufa, jajaajaj.

    Creo que tengo la solución a la desaparición de tu ejemplar de "el alquimista".... ¿No me hablaste de "la ladrona de libros" en una entra anterior? ¡A por ella!

    Besos apilables!

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  22. ¡Uy! ¿A ver si vas a tener razón y tengo que ir a la caza de la ladrona de libros? Jajajaja!
    El caso es que también echo de menos “El ocho” de Katherine Neville, así que creo que me he dejado algún rincón de la casa sin inspeccionar y ordenar porque esto ya no me parece normal... A ver si tengo un sueño revelador como el protagonista del cuento y me ahorro buscarlos.

    ¡Un besazo muy gordo y te deseo que dentro de poquito encuentres tiempo y dinero (porque ganas nunca faltan) para viajar! Y ten cuidadito con la estufa, que no queremos que te chamusques...

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  23. Fátima, espero que la pasada noche hayas tenido ya ese sueño revelador y encuentres tus ejemplares.

    Gracias por querer mi bien y no te preocupes, me rodea un halo ignífugo... ;)

    Una aparición repentina de un beso!

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