
No soy un perseguidor de los fumadores, bastante tienen ell@s con lo suyo. Los más intransigentes en ese aspecto son los antiguos fumadores.
Yo nunca he fumado, las causas... variadas supongo. He tenido "malas compañías" de pequeño, he experimentado, como tod@s, en un tiempo precoz, pero nunca fui capturado por el vicio del pitillo. No estoy orgulloso de ello, simplemente las causalidades y casualidades han determinado que así sea.
Pero comprendo perfectamente al fumador. Tener un vicio es una "putada" (con perdón de la expresión). La adicción te controla, somete tu voluntad, te deja indefenso y te obliga a volver.

La batalla para dejar el tabaco es muy dura, entiendo. Se puede lograr la victoria de diferentes maneras (existe un negocio detrás de este mundillo de hacerse no-fumador), pero creo que el único aspecto común en todas ellas, el más decisivo y complicado de conseguir, es la toma de conciencia real de querer dejarlo. No vale ese "voy a dejar de fumar" de cara a la galería, que no se lo cree ni uno mismo. La complicación para lograrlo es proporcional al nivel de adicción que se tenga.
Encima existen factores que dificultan el avance en el propósito. En el caso de las mujeres esos kilos que, por norma general, se cogen al dejar de fumar, pueden ser un motivo suficiente para que la balanza se decante al lado del cigarette. Porque ni que decir tiene que fumar es una manera de controlar la ansiedad, y los sustitutos pueden ser demoledores de la figura (véase caramelos, helados, chocolates diversos, dulces de todo tipo y tamaño).
El dinero que se puede ahorrar y el ambiente/limpieza de sus hogares pueden ser dos razones de peso a la hora de pensar lo bueno que sería dejarlo. La salud es la primordial, dicen, yo no estoy de acuerdo. Creo que lo más importante es conseguir manejar el rumbo vital, que nadie te someta. Ni tu pareja, ni tu familia, ni el tabaco. Es muy difícil adquirir un nivel mínimo de libertad en la vida de hoy en día, sobretodo por los condicionamientos emocionales y sociales, ¡pero el maldito cigarro! Seguro que nadie te obliga a fumar, ni siquiera tu simpático estanquero. Entonces lucha por adquirir esa parcela de autonomía que nadie te puede impedir, domina a tu vicio.
¡Qué fácil es decirlo! Y tanto. Lo fastidiado es conseguirlo, pero ¿acaso no sois personas fuertes? Confío en vosotr@s.
Todo mi ánimo para romper esos hilos de nicotina que os manejan. Seguro que merece la pena.

Mi colaboración para el día mundial SIN tabaco