En el segundo túnel peatonal en popularidad de la ciudad, siempre que paso quiero encontrarte. Es un deseo egoísta, porque tu ausencia pude ser debida a una mejora en el trato que te da la vida. Mejora que te mereces, sin duda alguna.
Perteneces a ese heterogéneo grupo de músicos callejeros, pero la cualidad de tu voz y la calidad de tus acordes te delatan como alguien que encierra una historia de infortunios que te han llevado a un sitio inapropiado para ti. Y nosotros, legión de transeúntes nos hemos aprovechado de tu arte, has conseguido emocionarnos con canciones que llegan al corazón con facilidad cuando suenan en tu guitarra y son cantadas por tu modulada voz, esa que no es capaz de quebrar ni el gélido invierno, ni ocultar la espesa niebla. Conviertes un espacio tan público en algo casi sagrado, tus letras siempre comprometidas suenan a liturgia celestial, y rescatan del fondo de nuestro ser los buenos sentimientos escondidos.
Me gustaría que fuera un túnel sin fin cuando paso, con la carne de gallina, andando entre sus paredes amplificadoras. Pero unos pasos más allá, dejando atrás carteles sindicales que incitan a manifestarse u otros de grupos antisistema que animan a la rebelión, después del acompañamiento de macrofirmas coloreadas o grafitis, vuelvo a salir a la superficie, como un gladiador arrojado a los leones sin ninguna arma me siento vulnerable, suspiro y aprieto el puño,. Salgo del mundo idealizado y regreso a la realidad, agradezco la bocanada oxigenadora que me da vida para otras 24 horas.
He hablado en presente porque ayer te vi, otra vez, en el mismo sitio y me sentí aliviado. Ya no paso con tanta frecuencia por esa U que forma el túnel al que das alma, pero me asustaba no volver a verte. Siempre desearía que tu ausencia se debiera a que estuvieras mejor, pero me asustaría pensar en lo contrario. Por eso me alivió verte. Bajaba por la rampa alegrándome, de manera egoísta, al verte otra vez allí, aunque todavía no estabas tocando. Un niño, con su valiosa inocencia, le repitió insistentemente a su madre con los ojos como platos - Mira Mamá, dinero. Miraba y señalaba alucinado las decenas de céntimos que la funda de tu guitarra almacenaba. Sonreí inevitablemente mientras echaba mi mano al bolsillo para dejarte una moneda (ante la incredulidad del niño), no de misericordia sino de reconocimiento a tu valía, a tu simbolismo en nuestra ciudad, a la importancia que tienes en nuestro sentimiento de identidad colectiva.
Ahora he escrito todo lo que siempre quise decirte si fuera más valiente. Si alguna vez desaparecen los túneles de la ciudad, si lo ven mis ojos, te prometo que lucharé porque haya una estatua que te recuerde y espero que la inaugures tu mismo. Mientras tanto, seguro que te conformas con este homenaje no-póstumo.
Gracias Pibe. Salud y Suerte.
EL PAPEL DE LA SUERTE
El Pibe, guitarrista argentino, lleva entre seis y siete años (en 2012 serán unos diez) tocando siempre en el mismo punto, una de las esquinas del túnel del barrio de Pajarillos de la ciudad. Un escenario difícil por la conflictividad con otros músicos callejeros, pero El Pibe cuenta con el favor y el cariño del público del vecindario. «Yo soy ‘Cara B’», afirma como una revelación de los entresijos de su persona. «Rechazo los caminos previamente trazados. Los lugares comunes no son interesantes. Si me dicen que vaya a las calles céntricas y principales, yo sé que allí siempre hay más competencia, por eso toco en esta zona y la Policía lo sabe y lo respeta».
Un cartel fijado con chinchetas al forro de la funda abierta de su guitarra española anuncia la posibilidad de adquirir su disco y de verle en directo en algún que otro bar de la ciudad. «Si vendo tres o cuatro, ya tengo el día hecho», comenta ilusionado. Según él mismo narra, ha intercambiado composiciones con los más grandes de la música de autor en España y confía en que los golpes de mala suerte que le han impedido llegar a algo más se transformen por fin en éxito de la mano de un proyecto discográfico con el pequeño de los Urquijo que descubra canciones inéditas del hermano ausente.
(Texto de Patricia López Villalón para ElNortedeCastilla.es)
A continuación, os acerco un texto que le brinda algún alumno del IES Galileo en la que se dan algunos datos biográficos del Pibe:
http://www.iesgalileo.org/pajarillos/vida_historia/pibe.htm
http://www.iesgalileo.org/pajarillos/vida_historia/pibe.mp3
"Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo ¿por qué? y ¿por qué?
La rosa de los vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear
entre el cielo y el mar, vagabundear."
Una delicia de entrada, ésta de hoy, David, a pesar de la dureza que se adivina entre líneas. Imagino esas mañanas frías de invierno que tenéis por ahí y la voz de este músico calentándolas. Imagino, y siento, la angustia de que alguien que es más importante en tu vida de lo que piensas desaparezca un día y no puedas saber qué le ha pasado. Espero que, si algún día, El Pibe deja de llenar con su arte ese túnel del barrio de Pajarillos deje una nota en la pared. Para que no te preocupes y sepas dónde seguir escuchándolo.
ResponderEliminarUn beso en silencio, mientras canta El Pibe
Gracias, me encanta que te guste porque la hice con mucho sentimiento.
EliminarMuy bonito eso de la nota, parece de guión de novela.
Un beso de aquella manera, en el que se me pondrán los pelos como escarpias, una vez más.
David, qué bonito homenaje, la verdad es que en las calles y túneles abundan músicos de todo tipo y calidad, muchos de ellos verdaderos profesionales que llegan a emocionar el alma.
ResponderEliminarMe ha encantado el Pibe.
Saludos
Me agrada que te haya gustado el Pibe. Es cierto lo de la valía musical que está difuminada por la calle...
ResponderEliminarSaludos!
Hay que tener un par (con perdón) para ponerse a tocar en las calles, contra viento y marea; el público, de lo más variopinto, es más exigente de lo que uno se encuentra en cualquier recinto. La mayoría de la gente que lanza unas monedas a estos músicos no da limosna, sino que arroja las monedas porque algo en su interior se ha removido y no puede pasar indiferente ante la música.
ResponderEliminarLo que lamento es tanto talento oculto y por descubrir, y otras tantas veces frustrado, tras estos músicos.
Un besazo y gracias por esta entrada.
Bella tu entrada y llena de sentimiento, bello tu homenaje os engrandece a los dos a ti y al Pibe.
ResponderEliminarGracias por traerlo hasta aquí.
Besitos
PD: David, sigo por aquí, he estado un poquito "pocha" y tan solo me he dedicado a actualizar mi blog. Espero ir poniendome al día, ya sabes que me gusta venir por aquí. Mañana sigo.