Yo nunca respondía las cartas. Daba igual que la remitente fuera una de mis amores del momento, o que se tratase del mejor de mis amig@s. Jamás contestaba.
La sensación que tenía al recibir correspondencia era maravillosa, ver tu nombre y dirección, comprobar la persona que te había escrito, imaginar un esbozo del contenido que quedaba sellado con la saliva de tu escritor,... Era fabuloso.
Sentía, también, un afecto agradecido por el detalle de pensar en mí y de emplear tiempo en ofrecerme noticias de sus vidas, de abrir sus sentimientos para que yo pudiera comprobarlos.
Al terminar su lectura, casi siempre me apetecía contestar, para agradecer, para aclarar algún punto importante, para demostrar mi amor y/o amistad correspondida. Pero un ataque de indolencia me paralizaba. El miedo, tal vez, a no saber expresar bien lo que sentía. No sé, pero si sé que lo siento, siento en el alma todas las decepciones de esas personas que esperaban mi carta, que comprobaban día tras día que no llegaba, que no llegaría.
Me arrepiento, soy consciente de que hay que demostrar los sentimientos porque de lo contrario el olvido puede con todo.
Dedicado a cada comentario en el blog, que me alegran profundamente. Muchas gracias.
¡Con la rabia que da! pero todavía daba más terminar una carta de dos folios, toda sentimiento y corazón, buscar cualquier cosa que sirviera como regalo y cupiese en un sobre, enviarlo, dejar pasar los días y los días y los días y , pasados muchos, recibir otra carta con el sobre manchado, el franqueo incompleto y algo así como
ResponderEliminar"Recibí tu carta y me gustó mucho, por aquí hace bueno. A ver cuando nos vemos"
Arghhhhhhhh
Para eso,mucho mejor el silencio :D
Un beso
Qué hermosas palabras de "arrepentimiento", sobre todo las dos últimas líneas.
ResponderEliminarSaludos
Yo soy de las alguna vez se han quedado esperando una carta y se pasa mal.... ya sabes lo que dicen Nada duele mas que un silencio... pero bueno tu al menos te has arrepentido, y con arrepentimiento hay perdón, así que quien esperaba tus cartas te perdonaran,en cambio quien tenia que escribir la carta que yo esperaba seguro que no se ha arrepentido y eso esta muy feo... ardera en el infierno, jajajaja.
ResponderEliminarPues, gracias y de nada, me gusta pasar por aquí.
ResponderEliminarY fijate con lo que me gusta escribir, a mí también me costaba y mucho responder a las cartas...
Besitos
Es verdad, no hay que ser perezoso para esas cosas, porque luego se pierde el contacto y llega el devastador olvido. No debemos permitir que eso suceda nunca.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, monsieur
Bisous
David... Yo he sido una de esas personas que escribía cartas y que se quedaba, a veces, esperando respuestas que nunca llegaban. Tranquilo, si te sirve de consuelo, creo que los que escribimos cartas somos muy conscientes de ser bichos raros y ya contamos con que buena parte de la gente no conteste. Nunca me tomé a mal esas cartas no co(respondidas), al menos la mayoría. Como esto va de desnudarse, te diré que yo hace una temporada que no dejo de arrepentirme de todos los abrazos, los besos y las caricias que no he dado a mis amigos. Y no por falta de ganas, más bien por vergüenza... Así que, consciente de ello, llevo unos meses intentando ser más cariñosa con la gente que quiero.
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada, me ha parecido bonito y entrañable que te hayas acordado de las personas a las que no escribiste aunque te quedaste con ganas de hacerlo. Espero que alguna de ellas la lea.
Un beso con acuse de recibo.
Si te sirve de consuelo, a veces es mejor no responder que usar un montón de palabras para no contar en realidad nada.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada, mostrar arrepentimiento por no haber contestado a esas cartas y explicar las razones es una muestra clara de que sí eres capaz de demostrar tus sentimientos.
Yo, personalmente, añoro aquellos tiempos en los que recibir una carta de alguien querido era lo que más me hacía feliz, y casi siempre las devolvía, cada vez más extensas... jeje!
¡Un beso por correspondencia!
¿En serio piensas que me cuesta, Bea? Puede que estés en lo cierto.
ResponderEliminarA veces es necesario mirar con perspectiva y reconocer aquellas cosas que pudiste hacer mejor y que estás decidido enmendar en el presente y en el futuro.
De bien nacido es ser agradecido. Nadie se vale por si solo, se necesita el afecto de los demás.
Un beso mentora Bea!
Yo hacía simulacros, pero no me gustaban, Alma. Casi nunca llegaba a mandarlos y me sentía mal por ello. Valoro mucho la gente que era capaz de demostrar sus sentimientos de una manera tan generosa.
ResponderEliminarUn beso!
Gracias Claudia. Yo creo haber sido muy buen amigo a la cara, pero inexistente en la distancia, no por falta de sentimiento pero si por no demostrarlo.
ResponderEliminarUn beso Clau.
Ely, tenías que haberles mandado esos geniales microrrelatos tan originales, se habrían quedado pasmados.
ResponderEliminarUn beso!
Milady, usted es muy recíproca, lo he podido comprobar. Comenta si se hace lo propio en su blog. De todas maneras es muy generosa porque no debe tener mucho tiempo con tanto, merecido, seguidor.
ResponderEliminarMi reverencia protocolaria!
No creo que lo lean, Dorothy (mi blog no ha sido presentado a mi entorno, es secreto pero sin necesidad de serlo). Aunque las casualidades de la vida... espero que puedan leerlo.
ResponderEliminarMe alegra que te hayas propuesto ese cambio hacia el demostrar sentimientos. Seguro que te repercute positivamente.
Conmigo siempre has sido cariñosa, ¿será por la tierra y agua de por medio?
Un beso por correo aereo.
Esos tiempos son recuperables, en cierta medida.Es un medio tan romántico (aunque no sean a la/s persona/s amadas.
ResponderEliminarUn beso con contenido, Fátima!
David, lo que me cuesta, excepto con mis novios, es el cariño físico. Igual me muero de ganas de darle un abrazo a una amiga o un beso a un amigo y no lo hago...
ResponderEliminarUn beso sin contacto
A mí también me da pereza. A veces hasta me hago perezosa para llamar por teléfono a gente de la que me acuerdo mucho y a lq que le tengo mucho cariño. Pero sí, hay que ponerle remedio...
ResponderEliminarBesos,
Es curioso Doro, pero nada inusual. No debería ser así... Proponte cambiar eso, aunque los gestos de cariño no se deben forzar.
ResponderEliminarUn beso convencido!
Carmen, me pasa exactamente lo mismo- Te puedo asegurar que mi cabeeza no para de acordarse de gente que ha pasado por mi vida, pero a la vez soy capaz de perder el contacto y no dar el paso necesario para remediarlo.
ResponderEliminarUn beso al pie del cañón!