31 de mayo de 2011

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Marionetas de la nicotina


No soy un perseguidor de los fumadores, bastante tienen ell@s con lo suyo. Los más intransigentes en ese aspecto son los antiguos fumadores. 
Yo nunca he fumado, las causas... variadas supongo. He tenido "malas compañías" de pequeño, he experimentado, como tod@s, en un tiempo precoz, pero nunca fui capturado por el vicio del pitillo. No estoy orgulloso de ello, simplemente las causalidades y casualidades han determinado que así sea.

Pero comprendo perfectamente al fumador. Tener un vicio es una "putada" (con perdón de la expresión). La adicción te controla, somete tu voluntad, te deja indefenso y te obliga a volver.



La batalla para dejar el tabaco es muy dura, entiendo. Se puede lograr la victoria de diferentes maneras (existe un negocio detrás de este mundillo de hacerse no-fumador), pero creo que el único aspecto común en todas ellas, el más decisivo y complicado de conseguir, es la toma de conciencia real de querer dejarlo. No vale ese "voy a dejar de fumar" de cara a la galería, que no se lo cree ni uno mismo. La complicación para lograrlo es proporcional al nivel de adicción que se tenga.

Encima existen factores que dificultan el avance en el propósito. En el caso de las mujeres esos kilos que, por norma general, se cogen al dejar de fumar, pueden ser un motivo suficiente para que la balanza se decante al lado del cigarette. Porque ni que decir tiene que fumar es una manera de controlar la ansiedad, y los sustitutos pueden ser demoledores de la figura (véase caramelos, helados, chocolates diversos, dulces de todo tipo y tamaño).

El dinero que se puede ahorrar y el ambiente/limpieza de sus hogares pueden ser dos razones de peso a la hora de pensar lo bueno que sería dejarlo. La salud es la primordial, dicen, yo no estoy de acuerdo. Creo que lo más importante es conseguir manejar el rumbo vital, que nadie te someta. Ni tu pareja, ni tu familia, ni el tabaco. Es muy difícil adquirir un nivel mínimo de libertad en la vida de hoy en día, sobretodo por los condicionamientos emocionales y sociales, ¡pero el maldito cigarro! Seguro que nadie te obliga a fumar, ni siquiera tu simpático estanquero. Entonces lucha por adquirir esa parcela de autonomía que nadie te puede impedir, domina a tu vicio.

¡Qué fácil es decirlo! Y tanto. Lo fastidiado es conseguirlo, pero ¿acaso no sois personas fuertes? Confío en vosotr@s.

Todo mi ánimo para romper esos hilos de nicotina que os manejan. Seguro que merece la pena.



Mi colaboración para el día mundial SIN tabaco
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15 comentarios:

  1. ¡Jo! Me tocas un "temita", Daviblio. Soy fumadora y por primera vez en muchos años he tomado la decisión de dejarlo y como sé que soy una yonqui del tabaco he pedido ayuda y me han metido en un programa de la sanidad pública, en un mes me llaman para empezar. El primer cigarro me lo dió un ATS mientrás me comunicaba que mi padre había muerto, no se le ocurrió al hombre otra manera de consolar a una niña de 13 años, entonces se desconocía lo adictivo que es y todas las porquerias que meten las tabacaleras para seguir teniendo consumidores. En estos momentos estoy peleando otras batallas que no dependen cien por cien de mí el ganarlas, pero esta del tabaco, con ayuda estoy dispuesta a conseguirlo. Venga, ya he soltado el "rollo", supongo que es una manera de comprometerme conmigo misma.
    Besos

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  2. No ha sido un lapsus. Tras escribirlo me he dado cuenta de que sonó machista, pero no me preocupa. Nada más lejos de mi ser y entender.

    Ese hecho lo he expresado con género femenino porque conozco varios casos de mujeres que han vuelto a fumar porque lo prefieren a perder su figura. Es una opción y me parece respetable. No conozco a hombres que hayan reconocido lo propio (que seguro que los hay, pero lo de reconocerlo no es común).

    A mi si me preocupan los kilos, desde luego. Me peso habitualmente y me controlo lo que puedo (porque soy un glotón y goloso de marca mayor).

    Espero haberte aclarado mi postura y porque utilicé de esa manera mi lenguaje.

    Un beso y gracias por tu toque de atención. Sé que sonó feo lo que escribí.

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  3. Ah por cierto, espero que te lleguen las ganas y la fuerza de voluntad, Bea. Seguro que puedes ¡A ello!

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  4. Vaya manera curiosa de empezar, Ely. Maldito ATS.

    Espero que el programa de sus efectos y, unido a tu fortaleza mental y compromiso, puedas lograr el objetivo.

    Mucho ánimo para el resto de batallas... Ya lo decía el médico ¡Hasta la victoria siempre!

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  5. Yo estube siete años sin fumar, pero volvi porque pasaba muchas horas en el hospital, cuidadando a mi madre, asi que era como un respiro, (jeje, ironico lo del respiro, eh?). No fumo mucho, y puedo estas 10 o 15 dias sin fumar, y sin que me apetezca y luego un dia sin que ni para que me fumo medio paquete, creo que soy rarita hasta para eso, jajaja. Ahora mismo no me planteo dejarlo porque no me considero "enganchada" aunque precisamente ahora es cuando seria mas facil dejarlo.
    Un abrazo.

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  6. Cualquier vicio o dependencia es malísima.
    Como tú dices es mejor tener las riendas de tu vida y que nada ni nadie te haga depender, pero es difícil de lograr.

    Así que mi ánimo también a todos aquéllos que quieren dejar de fumar.
    Si se quiere, se puede, todo es ponerse.

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  7. Yo tampoco soy fumadora y tampoco sé por qué nunca me ha enganchado el tabaco, a pesar de que he fumado algún cigarrillo suelto. Nadie en casa fuma, sólo mi abuelo, y a sus ochenta y tantos no lo va a dejar. Veo a amigos que están intentando dejar de fumar y sé que lo pasan fatal. Ni siquiera la muerte por cáncer de pulmón de una amiga ha conseguido que ella deje de fumar. Al menos no del todo. Sigue haciéndolo a escondidas, nunca en casa ni en el trabajo, pero sigue fumando.

    Menos mal que Bea te ha echado la bronca, porque te ha quedado pelín machista ese comentario de los kilos...

    Un beso sin nicotina

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  8. Yo fumé de los diecisiete a los treinta (tengo treinta y siete ahora) A los treinta supe que estaba embarazada y dejé de fumar de inmediato y si esfuerzo. No engordé(más de lo normal del embarazo, quiero decir)no me cambió el humor, no tuve ansiedad, nada. Todo el tiempo que duró el embarazo y los casi 14 meses de lactancia pensé que aquello era temporal y que volvería a fumar en cuánto aquello terminase porque yo era de esos que nunca habían querido dejarlo, fumar me gustaba.

    El gran día fue el dos de septiembre, se casaba un amigo muy querido, después de la cena encendí un cigarrillo por primera vez en casi dos años. Por poco me muero de asco. ¡Nunca mais!

    Ahora soy de la peor especie de converso, no soporto el humo cerca mío ni el olor a tabaco, estoy encantada con la ley que prohíbe fumar en los bares y todo eso. También creo que la adicción a la nicotina, al revés de tantas otras, es sobre todo mental y social y resulta mucho más fácil de eliminar de lo que pensamos.

    Un besito.

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  9. Bichillo no es preocupante en tu caso, porque lo controlas. Si te apetece dejarlo, te costará menos que a otros que estén más enganchados.

    Un abrazo!

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  10. Tienes toda la razón, Noe. Es complicadísimo tomar las riendas con plenitud. Ni siquiera tiene porque ser lo mejor, porque hay personas que necesitan ayuda para llevar la diligencia a buen destino.

    Un saludo!

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  11. Genial vivir en un entorno sin humos, Dorothy

    Vaya, veo que ahora tengo que quedar por machista. Ya lo he explicado, conozco mujeres que me han confesado que no lo quieren dejar porque han engordado mucho. Nunca un hombre me ha dicho lo mismo. Creí poder arriesgarme a utilizar en exclusividad el género femenino, basándome en mi experiencia ante el hecho, sin sonar machista. Veo que me he equivocado. Y vaya si me fastidia quedar por machista...

    Un beso mentolado!



    Supongo que el bagaje de mis palabras me pondrá en mi sitio al respecto.

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  12. Jajaja Alma, al menos reconoces tu intransigencia ante los antiguos compañeros de estrato fumador. Ahora eres una conversa radical, de las que denuncian llegado el caso a los establecimientos que incumplan.

    Tu hij@ colaboró con tu salud antes de nacer ¡viva!

    Un beso!

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  13. Yo nunca he fumado tampoco y los entiendo pero... ellos también tienen que entendernos a los no fumadores. A mí me mortificaba ir a tomar algo a un lugar cargado de humo; llegaba a casa con el pelo y la ropa oliendo a humo, los ojos enrojecidos, dolor de cabeza...
    Qué alegría si todo el mundo lo dejase!!
    Besines libres de humo!

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  14. Buen olor el que desprende tu utopía, Carmen. También me daba asco oler la ropa tras pasar por algún bar.

    Un besito aromático!

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  15. Coincido totalmente. Siempre pensé que las personas que fuman o tienen algún vicio no son libres ya que "algo" ajeno a ellos domina su voluntad. Mi madre fumó desde que tengo uso de razón y yo ya había bajado los brazos en mi lucha porque dejara de hacerlo. Recuerdo las mañanas cuando, de niña, me levantaba a desayunar en una cocina cerrada y llena de humo ¡Qué sensación tan fea! Por suerte para ella, hace 3 años renunció a esa terrible dependencia que mata en silencio.

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