23 de julio de 2013

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Casualmente causal

A lo largo de la vida nos suceden algunas casualidades o conjunciones espacio-temporales que nos hacen pensar en la posibilidad del destino prefijado.
Encontrarte a una persona conocida en un lugar muy distinto al de referencia desconcierta, puede agradar o fastidiar, pero te deja extrañado. Si el encuentro se produce de nuevo al siguiente día más. Si ni siquiera son tus conocidos sino los de tu compañía, las únicas personas de tu entorno de tres círculos que podrían estar allí. Estás en ese sitio a esa hora, por múltiples probabilidades, cambios y posicionamientos astrales que así lo han determinado.
Tienes la sensación en tu interior de que algo va a cambiar en tu vida, es difícil de verbalizar. Eres tú mismo. Sabes que no hay mejor carta de presentación. 
Pasado el momento, bromeas sobre lo acontecido.
Es lunes, han pasado dos días de aquello, la burbuja ilusoria vacacional se derrumba. Te llaman para entrar a trabajar en dos horas. Maldices tu suerte, tu mala estrella. Trabajas debilitado por un estómago enfermo. Un calor que te hace sudar. Te visitan tus fantasmas atormentando y alargando tus ocho horas.
Es martes, te confirman que tienes que volver. Ni siquiera has podido deshacer en condiciones tu equipaje físico y sentimental.
Suena el teléfono... "hoy es tu día de suerte..." palabras que te hacen presagiar una buena noticia. "Cuentan contigo para..." Tus sensaciones de hace tres días se confirman. Ahora vuelvo a tener ilusión el el aspecto laboral. Un año después de haberla perdido por enésima vez. Ni siquiera es ni sector, pero me considero un perpetuo aprendiz y, por ello, no no me importa lo más mínimo.

Todo lo casual tiene mucho de causal.

Esta entrada va dedicada a todos aquell@s que esperan y desesperan por algo o alguien en la vida. Todo llega. Lo único que hay que hacer mientras tanto es ser uno mismo.

Nunca perdáis la ilusión por sufrir la vida. Y digerirlo disfrutando.
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4 comentarios:

  1. Como el poema de Kavafis :)

    Un saludo lejos de lestrigones y ciclopes

    Glup!

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  2. Pues sí, todo llega, pero la espera a veces se hace ya demasiado larga... Y me gusta lo de perpetuo aprendiz. Si es que la vida está hecha para eso, para aprender todos los días. Nunca hay que dejar de aprender.
    Besotes!!!

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  3. Me encantan las casualidades... aunque me gusta más que hayas recibido esa llamada.

    Un beso!

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  4. Todo llega, siempre.... Lo bueno, lo malo, lo deseado y ......
    Todo llega. Esperando y desesperando dejas de vivir, simplemente deambulas por un hilo de irrealidad absurda que tu cerebro segrega como una baba pegajosa que te cubre, y que no te deja ver ni sentir el ahora.

    :)

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Pesa las opiniones, no las cuentes.