"Existen mucha causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual esté dispuesto a matar".
Celebramos hoy, 30 de enero, de forma paradójica, el Día Mundial de la Paz, fecha en la que fue asesinado Mohandas Karamchand Gandhi a manos de un nacionalista indio.
Es muy reconocible el legado grandioso que dejó Mahatma con su vida ejemplar. Una figura histórica con tanta fuerza como la cultura milenaria a la que representaba. Pero esto bien merece un espacio propio en el blog, así que solamente utilizaré su pensamiento y su trágico final como hilo de la entrada que nos atañe.
Saludando a su asesino (Nathura Godse), así murió Gandhi, cuando se dirigía a orar refunfuñando porque detestaba llegar tarde.
Parece, o pudiera parecer, cínico que en el mundo se celebre un Día de la Paz. Asistimos atónitos como la violencia crece en espiral por todos los rincones del globo terráqueo, luchas internas, guerras entre pueblos con mutuo odio, conflictos de intereses. Nos falta el aliento al sensibilizarnos con los episodios recientes de Egipto, de Túnez y de tantos otros lugares; el día a día del Oriente Medio, episodios racistas, discriminaciones, revoluciones, maltrato de género, violencia mediática, desprecio...
Nos sobran adjetivos y adverbios de lugar para hablar de la no-paz. Pero sabemos que no existe un intento firme de mejorar la situación, y lo que es más alarmante, se intuye si se analiza en profundidad, que no interesa. La doble moral (la falsa y la real) está muy presente en todos los aspectos de la vida, pero se antoja más despreciable en asuntos tan capitales como este.
¿Es posible un mundo sin violencia? Si somos objetivos, a día de hoy, respondemos rotundamente que no. Lo que realmente debe preocuparnos es si podemos conseguir una opción personal de no-violencia (la ahiṃsā que buscaba el "Bapu"). Intentar y conseguir no hacer daño físico, ni moral (el más común) a las personas que nos rodean. Ser pacífico de mente, boca y manos.
Desde la muerte de Gandhi y en el contexto histórico que calificamos como Guerra Fría, el movimiento pacifista se extendió exponecialmente por el mundo. Asociados al desarme nuclear, contra las guerras latentes en el mundo y sobretodo la de Vietnam; mezclándose con otros movimientos sociales en auge como el feminismo, el hippismo, el ecologismo, el movimiento estudiantil...
El símbolo CDN y la paloma (de origen judeocristiano) se han catapultado como la iconografía básica para representar el anhelo de paz en el planeta. Al parecer, el símbolo de la paz pudiera ser una representación de una pata de paloma posada en la Tierra (representada como un círculo).
Siguiendo con la doctrina de Gandhi, lanzo algunas de sus frases siempre evocadoras, para remover inquietudes y que opinéis en forma de comentarios todo lo que os plazca.
"La pobreza es la peor forma de violencia".
"Ojo por ojo y el mundo acabará ciego".
"Los únicos demonios que existe son los que están en nuestros corazones, y ahí es dónde tiene que haber todas las batallas".
"Cuando desespero recuerdo que a lo largo de la Historia siempre ha triunfado la verdad y el amor".
Paz y Amor, Herman@s
Que triste que el día de la paz tenga que celebrarse en medio de esta asombrosa escalada de violencia.
ResponderEliminarMonsieur, parece que aunque cada vez seamos más los pacifistas, las guerras también.
Feliz tarde
Bisous
Sería buena noticia eso de que aumentamos los pacifistas...
ResponderEliminarPor otra parte, creo que no ha aumentado el número de guerras, si el conocimiento de ellas por la revolución de las comunicaciones a tiempo real.
De todas las maneras, lamentando la violencia que está aconteciendo en el norte de África, pienso que las protestas son necesarias en muchos de esos países. Demostrar que el pueblo quiere otro tipo de representantes para caminar hacia la superación del subdesarrollo. Algo que se antoja lejano, por desgracia.
Un beso!
Hablar de no violencia en estos dìas me suena a utopìa màs grande que un elefante, pero la esperanza nunca se pierde.
ResponderEliminarSaludo
Si Sandra, el año ha comenzado movidito...
ResponderEliminarYo hablo de una no-violencia como opción personal, individual. Y creo que es factible.
Un saludo!
Enhorabuena por elaborar esta entrada tan directa y humana, ya me extrañaba a mí que no publicases sobre este tema, que por supuesto a todos nos atañe y quien piense lo contrario está bastante equivocado, porque quizá desde nuestra humilde e insignificante existencia mortal no podamos parar guerras a nivel mundial, pero la paz también consiste en la tolerancia, en el respeto por los que nos rodean y también se basa en la convivencia.
ResponderEliminarYo soy pacífica de boca y manos, pero la mente a veces no la puedo controlar; eso sí, intento transformar los pensamientos negativos en algo más armonioso, que no es tarea fácil.
No es que sea especialmente pesimista, sólo realista, y al igual que Sandra creo que hablar de paz entre tanto conflicto bélico y político que nos envuelve y se proyecta sobre nosotros parece una quimera.
Como intento verle el lado positivo a todo, sólo espero no perder mi sensibilidad humana, ya que a algunas personas parece no afectarles ya nada de lo que ocurre en el planeta.
¡Besos, paz y amor para todos!
Y lo peor es acostumbrarse a estas noticias de guerra y de situaciones inhumanas. Asumimos la violencia como algo que existe, algo normal y ya nadie se sorprende por nada. Ni tampoco por la violencia del día a día que comentas y que es la que podemos evitar: agresividad conduciendo, en la cola del super, en el trabajo, violencia verbal en cualquier circunstancia, incluso con los que más queremos que son con los que nos desahogamos a veces de manera injusta.
ResponderEliminarA mí lo que me sorprende es cuando alguien es amable y educado.
Merece la pena hacer un esfuerzo en lo que está a nuestro alcance. Dí que sí!
Sandra, me pasa como a ti. Me cuesta creer en la paz. Si no somos capaces de mantenerla en casa, en el trabajo, conduciendo... ¡Imagina en el planeta!
ResponderEliminarMe parece muy importante recalcar eso Fátima, porque es a lo que se refiere esta entrada, a practicar la paz de manera individual, en cada pequeño gesto, gestionando de la mejor manera las emociones negativas que tod@s tenemos.
ResponderEliminarClaro que la paz es una utopía, pero es necesario tener predisposición para tender hacia ese inalcanzable, para mejorar nuestro mundo y, lo que es más importante, el que legaremos.
Algunos nobles ideales pueden parecer muy políticamente correctos, pero no por ello dejan de ser nobles.
Un beso!
Das en la diana con tu comentario LolaSh. Yo pienso que se puede cambiar el mundo "desde el cero al infinito", porque de hecho cambia (aunque muchas veces a peor).
ResponderEliminarEl título de mi blog lo dice todo... idealismo vs realidad. Pero aquí (al menos aquí) ganan los ideales.
Un beso!
Dorothy piensas como Sandra, pero también has coincidido con LolaSh en lo de la conducción agresiva ¡qué casualidad!
ResponderEliminarEs normal que la realidad genere pesimismo, pero no creo que haya que conformarse.
Un saludo y bienvenida al blog, estás en tu casa.
Mientras las guerras y los diversos conflictos sean rentabilizados por los poderosos, difícilmente se conseguirá alguna paz duradera.
ResponderEliminarCon tu entrada he recordado mi visita al monumento funerario de Ghandi y las emociones que allí sentí.
Muy buenos tanto el post como el blog.
saludos
Estoy muy de acuerdo con tu primer párrafo, José.
ResponderEliminarMe alegro que te haya traído buenos recuerdos y también que te haya gustado mi humilde blog.
Bienvenido, un saludo "a lo Gandhi".
Para esa batalla si que se necesita grandes dosis de valor.
ResponderEliminarEspero que consigas la misión Bea.
Un beso.